Hannibal Lecter habita en mi
Lo hace.
El escenario es el siguiente: tren de vuelta a madrid después de un fin de semana de superdesconexión.
Llego y ocupo mi plaza.Un revisor supersevicial me informa de que la butaca que está frente a la mía no está ocupada ¡Genial!
La señorita de megafonía nos informa de que "proyectarán Ágora". No está mal.
Abro el libro que estoy leyendo, suspiro y me derramo en el asiento.
Derepente oigo algo inquietante. No. No puede ser. Pero vuelvo a oirlo. Nítidamente. No hay duda. "Puta, me cago en la puta, serás puta". NI me giro. Miro el libro y me concentro.
Pero ahí está otra vez. "Será puta". Miro por detrás de mi hombro. Un hombre mayor con unos auriculares habla solo. No me importaría si lo hiciese en bajo o sino dijese cada medio minuto "puta". El resto de los pasajeros ni se inmutan... ¿tendré visiones-auditivas?
No le prestes atención, me digo. Y sigo leyendo. Pero el viejo sigue como una letanía con sus "puta" y "será hijoputa" en un tono imposible de no escuchar.
No me lo puedo creer ¿va a estar así todo el viaje? Miro hacia mi derecha y veo a otro hombre que viaja solo: se frota las manos con demasiado entusiasmo y demasiado impostadamente. Abre su ordenador portatil y dice en alto: "vamos a ver"
¿PERO QUÉ COÑO ES ESTO? Estoy en el bagón de los pasajeros que hablan solo.
Me pongo tensa. Me gustaría darme la vuelta, sacar un bazoca y hacerles desaparecer.
"Puta, puta". Busco mis auriculares. Miro a mi derecha. Afortunadamente el hombre del ordenador no ha vuelto a hablar sólo pero... SE ESTÁ SACANDO UN PALUEGO CON EL DEDO... y sigue... y sigue... y escarba... y yo ya estoy hasto los huevos ¡QUÉ COJONES DE GENTE SIN CIVILIZAR VIAJA EN TREN?
Le miro fijamente esperando que se sienta observado y deje de urgarse. Por supuesto no se da por aludido, y por supuesto acaba sacando el trozo de comida... lo observa sobre su dedo...y por supuesto, se lo come. pa'dentro..
Empiezo a sentir que necesito una ducha urgentemente. El viejo de puta, puta lleva un tiempo callado... y se señor del ordenador ya no tiene más comida entre los dientes. Genial. Libro.
Empiezo a oler a hospital. Una mezcla de menta y desinfectante. Huele mucho. Pero ¡QUÉ COÑO ES ESO (sí, coño, coño, coño)? Miro hacia atrás. El señor "puta, puta" se está extendiendo un unguento en la rodilla. Podría ser napalm. Cuando termina tira la benda que le cubre la rodilla al suelo. AL SUELO. ¿PERO ESTOY ENTRE ANIMALES O QUÉ?
Todo me da asco. Estoy incómoda. Me siento como Jack Nicholson en Mejor Imposible. Y empizo a comprender que Hannibal Lecter degollase y luego se comiese el cerebro de la gente maleducada.
Remite el olor. Bien. Libro.
-TÍO GOL DEL GUAJE, DAVUTEM (¿davutem?) DAVUTEN TÍO, DAVUTEN TÍO (así 20 veces)
Es el señor de los paluegos. Habla por teléfono tan alto que no le haría falta el móvil. Todos, todos, incluso en maquinista, nos enteramos de que ha "IDO A GIJÓN A LLEVAR A UNOS NIÑOS A UN CAMPAMENTO"... ¿porqué ninguno de los pasajeros del vagón dice nada? ¿porqué todos hacen como si estuviesen sordos?
Nos sirven la cena. El señor del paluego llama a todos sus amigos (lo juro, por lo emnos seis personas distintas)... en todas las conversaciones grita como si se acabara el mundo y todas las empieza igual "CABRÓN, ME LLAMAS ANTES DEL PARTIDO Y AHORA NO ME LLAMAS PARA AVISARME PARA DECIRME QUE EL GUAJE HA MARCADO"... luego la conversación varía.
El abuelo "puta, puta" vuelve a echarse el unguento napalm y vuelvo a tirar la venda supurienta al suelo.
Tengo asco, tensión y ganas de matar. Cuatro horas después llego a Madrid. Cuando me bajo del tren tengo una contractura tan jare que no puedo girar el cuello hacia la derecha... ¿no hubiese sido mejor para mi salud, y más justo para la humanidad, pregunto, tirarles en marcha?
El escenario es el siguiente: tren de vuelta a madrid después de un fin de semana de superdesconexión.
Llego y ocupo mi plaza.Un revisor supersevicial me informa de que la butaca que está frente a la mía no está ocupada ¡Genial!
La señorita de megafonía nos informa de que "proyectarán Ágora". No está mal.
Abro el libro que estoy leyendo, suspiro y me derramo en el asiento.
Derepente oigo algo inquietante. No. No puede ser. Pero vuelvo a oirlo. Nítidamente. No hay duda. "Puta, me cago en la puta, serás puta". NI me giro. Miro el libro y me concentro.
Pero ahí está otra vez. "Será puta". Miro por detrás de mi hombro. Un hombre mayor con unos auriculares habla solo. No me importaría si lo hiciese en bajo o sino dijese cada medio minuto "puta". El resto de los pasajeros ni se inmutan... ¿tendré visiones-auditivas?
No le prestes atención, me digo. Y sigo leyendo. Pero el viejo sigue como una letanía con sus "puta" y "será hijoputa" en un tono imposible de no escuchar.
No me lo puedo creer ¿va a estar así todo el viaje? Miro hacia mi derecha y veo a otro hombre que viaja solo: se frota las manos con demasiado entusiasmo y demasiado impostadamente. Abre su ordenador portatil y dice en alto: "vamos a ver"
¿PERO QUÉ COÑO ES ESTO? Estoy en el bagón de los pasajeros que hablan solo.
Me pongo tensa. Me gustaría darme la vuelta, sacar un bazoca y hacerles desaparecer.
"Puta, puta". Busco mis auriculares. Miro a mi derecha. Afortunadamente el hombre del ordenador no ha vuelto a hablar sólo pero... SE ESTÁ SACANDO UN PALUEGO CON EL DEDO... y sigue... y sigue... y escarba... y yo ya estoy hasto los huevos ¡QUÉ COJONES DE GENTE SIN CIVILIZAR VIAJA EN TREN?
Le miro fijamente esperando que se sienta observado y deje de urgarse. Por supuesto no se da por aludido, y por supuesto acaba sacando el trozo de comida... lo observa sobre su dedo...y por supuesto, se lo come. pa'dentro..
Empiezo a sentir que necesito una ducha urgentemente. El viejo de puta, puta lleva un tiempo callado... y se señor del ordenador ya no tiene más comida entre los dientes. Genial. Libro.
Empiezo a oler a hospital. Una mezcla de menta y desinfectante. Huele mucho. Pero ¡QUÉ COÑO ES ESO (sí, coño, coño, coño)? Miro hacia atrás. El señor "puta, puta" se está extendiendo un unguento en la rodilla. Podría ser napalm. Cuando termina tira la benda que le cubre la rodilla al suelo. AL SUELO. ¿PERO ESTOY ENTRE ANIMALES O QUÉ?
Todo me da asco. Estoy incómoda. Me siento como Jack Nicholson en Mejor Imposible. Y empizo a comprender que Hannibal Lecter degollase y luego se comiese el cerebro de la gente maleducada.
Remite el olor. Bien. Libro.
-TÍO GOL DEL GUAJE, DAVUTEM (¿davutem?) DAVUTEN TÍO, DAVUTEN TÍO (así 20 veces)
Es el señor de los paluegos. Habla por teléfono tan alto que no le haría falta el móvil. Todos, todos, incluso en maquinista, nos enteramos de que ha "IDO A GIJÓN A LLEVAR A UNOS NIÑOS A UN CAMPAMENTO"... ¿porqué ninguno de los pasajeros del vagón dice nada? ¿porqué todos hacen como si estuviesen sordos?
Nos sirven la cena. El señor del paluego llama a todos sus amigos (lo juro, por lo emnos seis personas distintas)... en todas las conversaciones grita como si se acabara el mundo y todas las empieza igual "CABRÓN, ME LLAMAS ANTES DEL PARTIDO Y AHORA NO ME LLAMAS PARA AVISARME PARA DECIRME QUE EL GUAJE HA MARCADO"... luego la conversación varía.
El abuelo "puta, puta" vuelve a echarse el unguento napalm y vuelvo a tirar la venda supurienta al suelo.
Tengo asco, tensión y ganas de matar. Cuatro horas después llego a Madrid. Cuando me bajo del tren tengo una contractura tan jare que no puedo girar el cuello hacia la derecha... ¿no hubiese sido mejor para mi salud, y más justo para la humanidad, pregunto, tirarles en marcha?