jueves, octubre 16, 2008

Gripe

-Ayer fue oficial: tengo gripe. El día empezó yendo al dentista a que me empastasen dos muelas a las nueve de la mañana. Mientras la carnicera me trinchaba la anestesia me dijo: Uff, pero qué placas más descomunales tienes en la amígdala derecha!... Uff sí... a lo largo del día me fui encontrando peor y peor y peor y peor... cuando ya estaba planeando mi huída del trabajo,vino un jefe y me propuso escribirle media página (y por media página, con los tiempos que corren... la gente se envenena y apuñala por la espalda)... Así que dije sí y llegué a casa a las diez menos cuarto de la noche

-Ya en mi casa quise morir. Mi hermana la perra no se dignó a hacerme una triste cena y me calenté un caldo de brick dándome mucha pena a mi misma. Me metí en la cama y me concentré en tener un sueño curativo porque hoy tenía que venir aunque fuese reptando para terminar una cosa (a riesgo de que si no lo hacia nunca más me vuelvan a encargar nada)...

-Hoy me levanté con una sierra electrica oxidada en la garganta (las placas)... fui a una farmacia a por antibióticos (sí, sí... ya se... pero nunca tomo y conozco los efectos mortales de mis anginas) como es normal no me los quisieron vender sin receta... pero tenía escalofríos, ojos calientes y anginas palpitantes... y tenía que llegar al trabajo... así que fui a otra, regentada por un señor-señor, deje siglos de lucha feminista a un lado, puse cara de perrito abandonado, le conté que no era de madrid y que estaba sola y me vendió una caja de clamoxil cápsulas...

-Luego me metí en el metro .. feliz por poder sentarme y tranquila como una jonki porque ya tenía los antibióticos en mi poder, me puse a leer el último de Marian Keyes.. Sí, sí... y cuando levanté la vista me di cuenta de que había cogido el metro en sentido contrario...y ya me había pasado cuatro paradas... tenía tiritona, me pesaba el bolso y los ojos... quería llorar y llorar y llorar... agotada... sin drogas en el cuerpo...

-Así que cogí un taxi como una pija-retrasada, llegué al periódico, me tomé mi droga con el segundo desayuno del día y solo puedo decir ¡Gracias Dios por las drogas químicas! Sigo hecha un trapillo pero, por lo menos, no tengo ganas de llorar...