Soy triste
Todos sabemos que ser no es lo mismo que estar.
Cuatro de la mañana. Dos grados bajo cero. Madrid. Ausencia de taxis en 1.000 km a la redonda (es decir, ni un taxi hasta gijón). Una perri camina por las calles de Madrid con destino a su caliente y acojedora casina.... vaga tan cansada que no puede ni empuñar el hacha... y piensa que si la atracasen les entregaría hasta el alma con tal de que acabasen pronto y no le hicieran perder el ritmo autómata que le lleva cual gps hasta su hogar... luego piensa que está enferma y que ojala una aliento divino (como en tiempos de moises) entrase en la casa de todos los taxistas de madrid y les despertase con el sonido de 1000 martillos hidráulicos adaptados especialmente para perforar meteoritos (sí, como los de la peli de bruce willis)...
Por esa calle larga, que aumentó su longitud unos cuantos millones de años esa noche (porque señores, las calles crecen y menguan no se si se habían dado cuenta)... solo se oían sus taconcillos perris retumbando en las paredes de los edificiones... toco, toco, toco, toco... la perrí pensó por un segundo que miles de vecinos saldrían a sus ventanas a gritarle por haberles despertado... para la perri, a las cuatro de la mañana, a dos grados bajo cero, en la calle creciente, esos tacones sonaban como gozzilla saltando a la comba...
Hoy la perri solo quiere:
-su manta de ikea altamente inflamable de tres euros
-aqui hay tomate
-una hamburquesa de pollo del mcdonalds...
soy triste... y, hoy, no puedo ni con el hacha.
Cuatro de la mañana. Dos grados bajo cero. Madrid. Ausencia de taxis en 1.000 km a la redonda (es decir, ni un taxi hasta gijón). Una perri camina por las calles de Madrid con destino a su caliente y acojedora casina.... vaga tan cansada que no puede ni empuñar el hacha... y piensa que si la atracasen les entregaría hasta el alma con tal de que acabasen pronto y no le hicieran perder el ritmo autómata que le lleva cual gps hasta su hogar... luego piensa que está enferma y que ojala una aliento divino (como en tiempos de moises) entrase en la casa de todos los taxistas de madrid y les despertase con el sonido de 1000 martillos hidráulicos adaptados especialmente para perforar meteoritos (sí, como los de la peli de bruce willis)...
Por esa calle larga, que aumentó su longitud unos cuantos millones de años esa noche (porque señores, las calles crecen y menguan no se si se habían dado cuenta)... solo se oían sus taconcillos perris retumbando en las paredes de los edificiones... toco, toco, toco, toco... la perrí pensó por un segundo que miles de vecinos saldrían a sus ventanas a gritarle por haberles despertado... para la perri, a las cuatro de la mañana, a dos grados bajo cero, en la calle creciente, esos tacones sonaban como gozzilla saltando a la comba...
Hoy la perri solo quiere:
-su manta de ikea altamente inflamable de tres euros
-aqui hay tomate
-una hamburquesa de pollo del mcdonalds...
soy triste... y, hoy, no puedo ni con el hacha.
posted by Carmen Mañana at 1:13 p. m.
8 Comments:
Nooo,, perrita bonita!! no eres triste! solo necesitas un colacao calentito y unas cuantas horas de camita y volverás a empuñar el hachita con brazo de acero.
by the way.... ¿que hacías so pendona a las cuatro de la madrugá taconeando?
primavertis... tuve la cena de la empresa del infierno... y no habia taxis.... ni uno... en todo madrizzzzzzz
Ayyyy perrilinda!! cuanto te entiendo, miles de mis noches de curranta bailonga acaban así, conmigo solitaria, mis taconcines y mi bolsa de deporte, andando andando ( no triunfé patinando) hasta casi mi casa.
Es duro, pero se sale adelante: preparate para un finde tranquilito, duerme, date un baño o vete a una piscina calentita.
spre se puede estar peor
La hamburguesa, para lanzarla conra la tele?? =)
Nena!! Q
(Ui, mi comment se ha partido solo)
Nena, que me has recordado a la cerillera, sola y fría.
Al menos tienes manta, y perricasa.
Si te sube la fiebre, verás el hacha levitar.
Yo vivo en un pueblo, y como los taxis no van hasta el vecino, hiverno. Qué maaaaaaal. Amigas para qué os quiero. Sobre todo con coche.
Besitos de estufa.
(Ui, mi comment se ha partido solo)
Nena, que me has recordado a la cerillera, sola y fría.
Al menos tienes manta, y perricasa.
Si te sube la fiebre, verás el hacha levitar.
Yo vivo en un pueblo, y como los taxis no van hasta el vecino, hiverno. Qué maaaaaaal. Amigas para qué os quiero. Sobre todo con coche.
Besitos de estufa.
Cambia la calle larga por callejones y escaleras empedrados del Albayzín. Pero deja los tacones. Te juro que te comprendo.
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