meo-sentada vs meo-de-pie

Ya se que esto no es el blog de Gab y que hoy no es jueves sino terrible lunes (hoy es mi octavo día de trabajo seguido)… pero tengo que plantearos un dilema o más bien una pregunta…

¿Qué hacen cuatro chicas inteligentes, guapas, con carreras prometedoras (juas, bueno eso ellas) y un gran sentido del humor un domingo al medio día? (esta NO es la pregunta que quería haceros)…
… pues, a parte de no tener problemas de autoestima pero sí de humildad (bueno yo, particularmente, que soy la que nos echo flores)… criticar a los hombres (así en genérico) al primer calorcillo de la primavera…

porque está muy bien ser independientes, modernas, racionales, autosuficientes y equilibradas emocionalmente pero cansa, cansa mucho y, como dice el gran Boris, “la felicidad no está en la elegancia sino en la vulgaridad”…y tiene razón.

… así que nos entregamos a nuestros más bajos (y auténticos) instintos y partimos de una premisa que se convirtió en conclusión: “los hombres son imbéciles” (sí, sí… barato, simple, simplista, adolescente, tópico, amargado… todo lo que queráis… pero terapéutico y basado en hechos reales).

… el caso es que la queja generalizada era que las que tenían meo-de-pie “querían más” (cual perri) y las que no teníamos meo-de-pie queríamos uno que nos diese más (lo cual en algunos casos es más bien poco)…

¿Es algo genético o biológico por lo que las mujeres siempre quieren pasar más tiempo con sus novios, hacer más cosas juntos, hablar con ellos más por teléfono, que les hagan más caso …. Y los señores no?

¿Es verdad?¿Es que mis perrilanes y yo nos rodeamos de gente ‘rara’?

(Nota: los casos de amor verdadero no cuentan para responder… aunque incluso entre los moldes de cascos azules y los hombres altos y abuelizados (mel-meo-de-pie) pueden darse casos… ¿o no?)