Miedin
Este fin de semana me han contado una historia que me ha ponido los pelos asin como pa´riba. Es una historia tan escalofridante, tan tan ponedora de pelos pa`riba que creo que no la reproduciré por respeto a vuestro equilibrio emocional.
Yo soy muy sugestionable. Público fácil para los placebos, vamos. Y con esta historia me he sugestionado hasta la mismísima vejiga. El contador la contó por la noche (como no) en mitad de una cena estupenda al aire libre en un chalete de esos en los que se oye hasta la lagartija que cruza el jardín. Todo el mundo dijo: ¡que miedo, que miedo! Pero yo noté que era la única que se agarraba a la silla de pavor… a la gente le mola que le metan miedo especialmente si, ese momento, se parece a una escena de peli de miedo adolescente… y en una chalete con piscina, de noche y tras una barbacoa no sería nada extraño que sonase el teléfono y alguien dijese: os voy a matar a todos! O se apagasen las luces de golpe, los perros dejasen de ladrar y solo se oyese el sonido de un cuchillo tipo jamonero-especial-masacres al ser desenvainado…
En fin, que yo estaba que quería abrazarme al cojín pero y no lo hice por el puro quedirán. Para colmo, esa noche dormía sola,,, en una casa antigua en el centro de Madrid de esas que producen ruidos constantemente por las ventanas que se cierran, las paredes que se dilatan, los vecinos que se levantan a hacer pis y los fantasmas que se cepillan el pelo en el baño… lo normal. Consciente al segundo de que ya estaba sugestionada decidí adormecerme lo más posible a base de cerves… pero encogida en mi silla por el frío y el miedo no me apetecía abandonar mi posición fetal ni para coger el vaso.
Cuando llegué a casa lo hice con el siguiente pensamiento tipo mantra retumbando en mi cabeza: no pienses en la historia, no pienses en la historia… que, obviamente, tiene el mismo efecto que: duermete ahora, duermete ahora…
Ya en la cama deseaba taparme hasta los ojos, cerrar puertas y ventanas e insonorizarme con unos tapones para dormir ajena y, en caso de que un fantasma me atacase, morir sin darme cuenta de nada. Solo había un problema: dentro del cuarto hacía 45 grados por lo que abrí ventanas y puertas para que entrase corriente en mi casa grande, vieja y solo habitada por mi… y me tumbé sobre una sábana. Solo tenía dos opciones: dormir semitranquila o morir por asfixia. Elegí la vida, aunque fuese más dolorosa. ¡Esto es el fin!, pensé… si no vienen los fantasmas vendrán los ladrones porque vivo en un segundo con balcón y cualquiera puedo escalar y entrar por una de las 2.000 ventanas abiertas…
…con estos pensamientos de paz y tranquilidad, cerré los ojos e intenté desenchufarme… cosa que no conseguí, obviamente. A una hora muy temprana de la mañana, caí inconsciente por el cansancio. Cuando me desperté no había pasado nada. Con luz, todo lo de la noche anterior parecía ridículo y avergonzante… pero yo, por si acaso, no pienso perderle la pista informativa al protagonista de la historia.
Yo soy muy sugestionable. Público fácil para los placebos, vamos. Y con esta historia me he sugestionado hasta la mismísima vejiga. El contador la contó por la noche (como no) en mitad de una cena estupenda al aire libre en un chalete de esos en los que se oye hasta la lagartija que cruza el jardín. Todo el mundo dijo: ¡que miedo, que miedo! Pero yo noté que era la única que se agarraba a la silla de pavor… a la gente le mola que le metan miedo especialmente si, ese momento, se parece a una escena de peli de miedo adolescente… y en una chalete con piscina, de noche y tras una barbacoa no sería nada extraño que sonase el teléfono y alguien dijese: os voy a matar a todos! O se apagasen las luces de golpe, los perros dejasen de ladrar y solo se oyese el sonido de un cuchillo tipo jamonero-especial-masacres al ser desenvainado…
En fin, que yo estaba que quería abrazarme al cojín pero y no lo hice por el puro quedirán. Para colmo, esa noche dormía sola,,, en una casa antigua en el centro de Madrid de esas que producen ruidos constantemente por las ventanas que se cierran, las paredes que se dilatan, los vecinos que se levantan a hacer pis y los fantasmas que se cepillan el pelo en el baño… lo normal. Consciente al segundo de que ya estaba sugestionada decidí adormecerme lo más posible a base de cerves… pero encogida en mi silla por el frío y el miedo no me apetecía abandonar mi posición fetal ni para coger el vaso.
Cuando llegué a casa lo hice con el siguiente pensamiento tipo mantra retumbando en mi cabeza: no pienses en la historia, no pienses en la historia… que, obviamente, tiene el mismo efecto que: duermete ahora, duermete ahora…
Ya en la cama deseaba taparme hasta los ojos, cerrar puertas y ventanas e insonorizarme con unos tapones para dormir ajena y, en caso de que un fantasma me atacase, morir sin darme cuenta de nada. Solo había un problema: dentro del cuarto hacía 45 grados por lo que abrí ventanas y puertas para que entrase corriente en mi casa grande, vieja y solo habitada por mi… y me tumbé sobre una sábana. Solo tenía dos opciones: dormir semitranquila o morir por asfixia. Elegí la vida, aunque fuese más dolorosa. ¡Esto es el fin!, pensé… si no vienen los fantasmas vendrán los ladrones porque vivo en un segundo con balcón y cualquiera puedo escalar y entrar por una de las 2.000 ventanas abiertas…
…con estos pensamientos de paz y tranquilidad, cerré los ojos e intenté desenchufarme… cosa que no conseguí, obviamente. A una hora muy temprana de la mañana, caí inconsciente por el cansancio. Cuando me desperté no había pasado nada. Con luz, todo lo de la noche anterior parecía ridículo y avergonzante… pero yo, por si acaso, no pienso perderle la pista informativa al protagonista de la historia.
7 Comments:
¡¡¡¡Por los pilares de mi parking!!! (no veas lo que yo "valoro" unos pilares bien puestos en un parking)
¡¡¡Quiero conocer la historia!!!!
Mir, no puedo,... realmente no es una caso para salir en el telediario pero contada en ese momento por una persona afectada directamente por la historia,,, casi me hago pis ahí delante tipo niño del sexto sentido....ay!!!!!!!!!!!
Oye, pues la historia esta del cuento que te deja sin dormir si lo oyes, tampoco está mal.
Entiendo que Perri, preocupada sin duda por la salud de sus fieles y abnegados lectores y lectoras, no quiera divulgarla.
esta bien verdad magich? el cuento que te deja insomne... jijijiji...
a mi desde luego me quitó el sueño... pero bueno también hay otras cosas como: la ola de calor que no te deja dormir
a) Te dije que te quedaras a dormir, perrilina.
b) Creo que no te fijaste en que yo, que oía la historia por segunda vez, me tapaba los oídos y canturreaba para no oír la frasecita final.
Jarenarenare.
Da mucho miedin, ay, ay...ay, ay
Perri, yo también estaba en el chalete aquella noche. Y conté algo. ¿Puede que fuera yo la causante de tus miedos y de tu noche infernal-fantasmal?¿O fue mi historia? Si es así, lo siento tanto... Ded, ¡tú canturreabas...! Ni lo noté. La próxima vez sugeridme que me meta la lengua por el... ejem.
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