Cinco centímetros
Estos días han pasado muchas cosas... muchas... y yo he visto algunas de bastante cerca y otras como si hubiese estado allí aunque estuviese muy lejos....
... pero hoy no me apetece hablar de cosas tristes (no, no estoy bajo los efectos de ningún prozac encontrado en la piscina). Hoy voy a hablar de mi nueva compra: un cinturón largo tipo putita-quinceañera.
Había salido de trabajar y era presa de un ataque consumista de esos en los que una vocecilla en tu cabeza te dice: "compra algo te sentirás bien. Y si no lo necesitas, te sentirás aún mejor". Así que entré en varias tiendas con mi instinto de cazadora aguzado pero no hubo forma. La industria textil se había vuelto contra mí. Hasta que la ví... allí estaba, colgada en una percha, solita... llevaba varios meses pensando en comprarme una minifalda vaquera, esa prenda que varios señores que conozco dicen que solo son propias de cajeras del carrefour (viva el carrefour!). Me había resistido, pero cuando vi que ese cinturón largo estaba solo y ¡sí! ¡era de mi talla!... (todavía fabrican ropa para gente que come más de dos veces al mes) no puede decir no y extendí mi tarjeta de crédito con autoridad y sofisticación.
La cosa empezó a desestabilizarse en mi esquizofrénico mundo cuando, al mirar a mi alrededor, me di cuenta de que tenía entre diez y cinco años más que las clientas de la tienda. Pijis madrileñas de melena lisísisma y largisisisma, de esas que llevan conjuntadas las esparteñas con el polito.... derepente me apeteció decirles algo así como: "me acuerdo cuando era de tu edad" o "no se como tu madre te deja salir así de casa"... en fin,.... decidí salir lo antes posible de la tienda y hacer como Escarlata, esa gran mujer: pensarlo mañana.
Cuando ma la probé en casa me di cuenta de que había encogido desde el probador a mi habitación... ¿haré el ridículo con una falda asin? ¿pareceré la típica talludita que va de joven cuando no lo es?..."ya lo pensaré mañana"....
... decidí no hacerme caso a mi misma y salí con ella a la calle en plan experimento del CIS... y....
dos señores me dijeron cosas por la calle y un par de taxis casi colisionan por cogerme... ¿pura casualidad o efecto falda? Me decanto, personalmente por el efecto falda, porque, excepto los narcotraficantes serbios que me piropearon en la piscina, jamás, nunca, ningún hombre.... ni siquiera unos obreros que acababan de salir despúes de 40 años de un cárcel turca me miran ni me dicen nada...
... pero es que mi pequeño cinturón de putita quinceañera solo es cinco centímetros más corto que otras faldas que poseo y que no provocan ni un leve giro de cabeza... cinco centímetros ¿marcan realmente la diferencia?, ¿son esos cinco centímetros más de piel que se me ven con mi minifalda tan "perris"? ¿estoy más buenorra y soy más perriguapa por cinco centímetros? ¿por qué los que jamás me miran si lo hacen cuando enseño una porción cuasi ingenua de muslamen blanquecino y nada turgente?....
¿tendré que encerrar a la perrifalda en el armario por falsa?
... pero hoy no me apetece hablar de cosas tristes (no, no estoy bajo los efectos de ningún prozac encontrado en la piscina). Hoy voy a hablar de mi nueva compra: un cinturón largo tipo putita-quinceañera.
Había salido de trabajar y era presa de un ataque consumista de esos en los que una vocecilla en tu cabeza te dice: "compra algo te sentirás bien. Y si no lo necesitas, te sentirás aún mejor". Así que entré en varias tiendas con mi instinto de cazadora aguzado pero no hubo forma. La industria textil se había vuelto contra mí. Hasta que la ví... allí estaba, colgada en una percha, solita... llevaba varios meses pensando en comprarme una minifalda vaquera, esa prenda que varios señores que conozco dicen que solo son propias de cajeras del carrefour (viva el carrefour!). Me había resistido, pero cuando vi que ese cinturón largo estaba solo y ¡sí! ¡era de mi talla!... (todavía fabrican ropa para gente que come más de dos veces al mes) no puede decir no y extendí mi tarjeta de crédito con autoridad y sofisticación.
La cosa empezó a desestabilizarse en mi esquizofrénico mundo cuando, al mirar a mi alrededor, me di cuenta de que tenía entre diez y cinco años más que las clientas de la tienda. Pijis madrileñas de melena lisísisma y largisisisma, de esas que llevan conjuntadas las esparteñas con el polito.... derepente me apeteció decirles algo así como: "me acuerdo cuando era de tu edad" o "no se como tu madre te deja salir así de casa"... en fin,.... decidí salir lo antes posible de la tienda y hacer como Escarlata, esa gran mujer: pensarlo mañana.
Cuando ma la probé en casa me di cuenta de que había encogido desde el probador a mi habitación... ¿haré el ridículo con una falda asin? ¿pareceré la típica talludita que va de joven cuando no lo es?..."ya lo pensaré mañana"....
... decidí no hacerme caso a mi misma y salí con ella a la calle en plan experimento del CIS... y....
dos señores me dijeron cosas por la calle y un par de taxis casi colisionan por cogerme... ¿pura casualidad o efecto falda? Me decanto, personalmente por el efecto falda, porque, excepto los narcotraficantes serbios que me piropearon en la piscina, jamás, nunca, ningún hombre.... ni siquiera unos obreros que acababan de salir despúes de 40 años de un cárcel turca me miran ni me dicen nada...
... pero es que mi pequeño cinturón de putita quinceañera solo es cinco centímetros más corto que otras faldas que poseo y que no provocan ni un leve giro de cabeza... cinco centímetros ¿marcan realmente la diferencia?, ¿son esos cinco centímetros más de piel que se me ven con mi minifalda tan "perris"? ¿estoy más buenorra y soy más perriguapa por cinco centímetros? ¿por qué los que jamás me miran si lo hacen cuando enseño una porción cuasi ingenua de muslamen blanquecino y nada turgente?....
¿tendré que encerrar a la perrifalda en el armario por falsa?
2 Comments:
Vivan las faldas vaqueras, yo la mía la uso muchísisisisismo, sobre todo para la piscina (y para ir a comprar al carrefool, aunque cuando me acerco a los yogures tengo frío).
Y lo de las pintas y la edad... Estás hablando con alguien que sigue llevando minifalda con DMs y calcetines rodilleros (de rayas y de calaveras)... Que a veces parece que soy Avril Lavinge (juas juas juas... es irónico, por si alguien no entiende mi blog-humortierrasverdes).
Debe ser que todos los piropeadores están por el sur, o que todos los europeos del este que copan mayoritariamente los andamios madrileños -ana botella dixit- todavía no dominan la jerga piropil, pero por aqui abajo los habitantes de los andamios, independientemente de el número de plantas del edificio o de la edad de los interfectos, te piropean por igual en verano que en invierno, ya lleves media teta fuera o un abrigo XXL...
Es lo que tiene el sur, que en invierno tampoco hace tanto frío...
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