Un chico me ha apretujado
Hoy era el día D… D de Dolor infinito… hoy me iban a hacer mis primeros análisis. Y me los hicieron…
… yo entré muy digna pero con unas pulsaciones que obligaron a la medica a repetir el electrocardiograma varias veces ante mi vergüenza crónica… finalmente me sacaron sangre: … no me dolió, no me desmayé y me sentí superperri otra vez… había recuperado mi capa y podía seguir sobrevolando la ciudad con las pezuñitas pintadas de rojo Valentino (eso lo he aprendido de la mujer del torero Ponce… impagable)
… pero ayer no era mi día, yo lo presentía y pensaba que era por la extracción de sangre… pero no. Aunque me confié al salir del ambulatorio, debería haber hecho caso a mis instintos perris que me advertían de que había un peligro en el ambiente…
… fui a comer y para automimarme por lo valiente que había sido (ya que nadie lo hace…) me regalé una coockie de superchocolate recolectado por niños colombianos con azucar extraído de minas vírgenes de los currys… secretaba con solo mirarla: ¡mi premio!...
… la mordí saboreando profundamente la mantequilla industrial… y, de repente, ¡no podía respirar!... una miga se había atascado en mi garganta y no me llegaba el aire a los minipulmones…
… me puse nerviosa, me puse de pie, me puse roja y luego morada
… empecé a emitir unos sonidos como de foca silicosa estrangulada…
… de pie, en mitad de la cafetería, morada, gruñendo como el padrino con laringitis terminal…¡y nadie me miraba!
… yo estaba a punto de morir de asfixia (afrontando la muerte de una forma nada digna y relajada) y la gente seguía leyendo su periódico y pegando pequeños mordisquitos a sus sándwiches…
… con el último aliento intenté hacer contacto visual con alguién… no podía creerlo: ero como si estuviesen matando a un elefante a hachazos en mitad de una mercería y la señoras siguiesen examinando las puntillas …¡era surrealista!
… por fin un chico me miró…era muuuuuuuy guapo (incluso al borde de la muerte soy perri) y utilizando una gestualidad inusitada para alguien a quien le falta el oxígeno le supliqué ayuda…
… el chico guapo me dio la vuelta me agarró por la espalda y me hizo la maniobra klander que consiste en estrujarte hasta que expulses la partícula que te obstruye las vías… yo lo hice..
… recuperé la respiración, el color facial, y el sentido de la vergüenza… ¡pero nadie se había inmutada! ¡yo había estado a punto de morir delante de sus narices y había sido resucitado por un perrazo y ellos ni siquiera habían perdido el hilo de su lectura!...
… estaba un poco avergonzada por el chico y por el hecho de que la cafetería tiene un gran ventanal que da a la calle más transitada de España…
me despedí desplegando todo mi encanto perri, pero mi caballero apretujante fue totalmente indolente… supongo que después de ver a una gemir como una foca silocosa, la cosa (jejee) pierde todo su interés
… yo entré muy digna pero con unas pulsaciones que obligaron a la medica a repetir el electrocardiograma varias veces ante mi vergüenza crónica… finalmente me sacaron sangre: … no me dolió, no me desmayé y me sentí superperri otra vez… había recuperado mi capa y podía seguir sobrevolando la ciudad con las pezuñitas pintadas de rojo Valentino (eso lo he aprendido de la mujer del torero Ponce… impagable)
… pero ayer no era mi día, yo lo presentía y pensaba que era por la extracción de sangre… pero no. Aunque me confié al salir del ambulatorio, debería haber hecho caso a mis instintos perris que me advertían de que había un peligro en el ambiente…
… fui a comer y para automimarme por lo valiente que había sido (ya que nadie lo hace…) me regalé una coockie de superchocolate recolectado por niños colombianos con azucar extraído de minas vírgenes de los currys… secretaba con solo mirarla: ¡mi premio!...
… la mordí saboreando profundamente la mantequilla industrial… y, de repente, ¡no podía respirar!... una miga se había atascado en mi garganta y no me llegaba el aire a los minipulmones…
… me puse nerviosa, me puse de pie, me puse roja y luego morada
… empecé a emitir unos sonidos como de foca silicosa estrangulada…
… de pie, en mitad de la cafetería, morada, gruñendo como el padrino con laringitis terminal…¡y nadie me miraba!
… yo estaba a punto de morir de asfixia (afrontando la muerte de una forma nada digna y relajada) y la gente seguía leyendo su periódico y pegando pequeños mordisquitos a sus sándwiches…
… con el último aliento intenté hacer contacto visual con alguién… no podía creerlo: ero como si estuviesen matando a un elefante a hachazos en mitad de una mercería y la señoras siguiesen examinando las puntillas …¡era surrealista!
… por fin un chico me miró…era muuuuuuuy guapo (incluso al borde de la muerte soy perri) y utilizando una gestualidad inusitada para alguien a quien le falta el oxígeno le supliqué ayuda…
… el chico guapo me dio la vuelta me agarró por la espalda y me hizo la maniobra klander que consiste en estrujarte hasta que expulses la partícula que te obstruye las vías… yo lo hice..
… recuperé la respiración, el color facial, y el sentido de la vergüenza… ¡pero nadie se había inmutada! ¡yo había estado a punto de morir delante de sus narices y había sido resucitado por un perrazo y ellos ni siquiera habían perdido el hilo de su lectura!...
… estaba un poco avergonzada por el chico y por el hecho de que la cafetería tiene un gran ventanal que da a la calle más transitada de España…
me despedí desplegando todo mi encanto perri, pero mi caballero apretujante fue totalmente indolente… supongo que después de ver a una gemir como una foca silocosa, la cosa (jejee) pierde todo su interés
6 Comments:
Qué va, Perri. Esa frialdad era su propio miedo y quitarle importancia a lo que había hecho. Te puedo garantizar que no se le va a olvidar mientras viva, y anoche, antes de dormirse, seguro que rememoró una y otra vez que, probablemente, te había salvado la vida o, al menos, había evitado un mal mayor.
(Te lo dice alguien que una vez dió un masaje cardiaco a una pava en el Atlantic de Londres, eso sí, capitaneada por su amigo médico que estaba a la respiración artificial.)
aguadora a veces me parece que tienes el don de la clarividencia. cualquier mortala se quedaría toda la semana pensando lo peor de ese chico, o lo peor de sí misma. pero tú lo ves como es (porque seguro que fue así perri). cuando puedas me dices qué marca de gafas usas ;)
la maniobra creo q se llama de heimlich, por lo q parece te la hizo bien.
Quizás padeciste tb, lo q se denomina "sindrome de estocolmo" y por eso te parecio tan guapo el chico.
Un consejo, ningún hombre merece la pena.Palabra de damupi
Hola, Guadiana =D
Uff, no es clarividencia, ya quisiera. Es edad. Sñig.
Sabes contar una historia y hacerla divertida...
Todavía quedan ángeles.
Es un verdadero placer pasar por aquí
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