lunes, junio 13, 2005

Huelo mal

Son las nueve y media de la mañana. Estoy en el andén del metro línea marrón (sí, soy de provincias)...huelo a colonia de bebés y a ropa limpia. Llega el metro. Se abren las puertas. Hay doscientas peronas en 20 centímetros cuadrados pero yo me hago un hueco que de algo tiene que servir ser enana a parte de para que las minifaldas no te queden a ran de con.

Un señor de unos cincuenta años levanta el brazo para agarrase a la barra del techo dejando su axila a la altura de mi nariz... hasta mi alma llega el aroma de vinagre rancio mezclado con cabrales rebenido en pis rico en colestero. Son las nueve y media de la mañana, repito. El pis con cabrales con vinagre me provoca mareos y veo en el cristal de la puerta como me voy quedando pálida... intento llegar hasta la otra puerta... dos señores con barrigas autónomas están en medio de mi objetivo. Tienen espacio suficiente para echarse a un lado pero deciden que es mejor que yo me refrote contra la tela sudada de sus camisas... valoro mis opciones: ¿axila de pis-cabrales-vinagre o dos décimas de segundo de contacto con tele húmeda? Dos segundos de contacto con tela húmeda me digo. Meto tripa, cojo impulso y paso como una pastilla de jabón por entre los cuatro (los hombres y sus barrigas)... pero... justo en el momento en que soy jamón en mitad de un sandwich uno de los hombres decide sacar una flema de lo más profundo de su alma... una flema que bien podría ahogarle o inundar sus pulmones... yo cierro los ojos y ruego al cielo que ninguna gota de su gargajo roce mi cara (que aún huele a crema hidratante)....

...he llegado a la puerta y el metro a otra estación, cien millones de personas más entran de golpe... ¿es que la gente no comprende que la ley de impenetrabilidad de los cuerpos está ahí para algo! ¡joderostiajare!... ya no hay oxigeno y tengo a un encorbatado tan cerca que estuve valorando la posibilidad de hacerme un test de embarazo al salir del bagón... el caso es que el tio mantiene una conversación hiperanimada sobre "porque los maricones no deben casarse". El pavo además de patético se ha tomado una garraza de café hecho con agua de alcantarilla fecal y calcetines de peregrino del camino de santiago con ampollas y caños supurientos.... y me echa constántemente su alientorro a la cara....

no puedo respirar, el aire pesa como gas de ese que mató a un montón de japoneses en el metro (fíjate que coincidencia)... el encorbatado me aplasta con su barriga, me hace perder el conocimiento con su aliento y la paciencia con su discurso. Miro hacia mi izquierda y veo...¡un sitio libre!...¡mi salvación!... me hago paso a codazos, no me importa que haya una mujer pariendo en mi camino, un traje de prada que nadie ha visto, un contrato fijo para El País...¡quiero ese sitio y lo voy a consegui como sea!.... estoy tan cerca..... pero un tio de vans, cinturón de chapas, pantalones bermudas y camiseta de loreak mendiak está ya en cuclillas a un centímetro del asiento.... ¡quiero sentarme, me da igual, estoy dispuesta a hacer lo que sea.... ofrecerle mi cuerpo si es necesario... pero no es necesario, hay contacto visual... ve mi cara de patetíacadesesperadadispuestaaofrecerlemicuerpo y se levanta....

me acerco, siento la paz del asiento, la siento, la siento...¡la siento!...ah! está doscientos grados y húmedo... una especie de sustancia gelatinosa lo cubre todo...¡es el sudor de las dos millones de personas anteriores y la siento directamente sobre mi piel¡ ¡quiero gritar, quiero matar, quiero convertirme en aire (como mecano)!.....

Estoy en el andén de destino. Estoy despeinada, tengo toda la ropa pegada al cuerpo, la cara pegajosa y las manos como si hubiese estado limpiando váteres turcos sin guantes. Huelo a pis, vinagre, cabrales, café hecho con agua de alcantarilla fecal y calcetines de peregrino de santiago con callos con mucho pus. No se para me he duchado... no pienso hacerlo nunca más, como el resto de la gente que va en metro.

9 Comments:

Anonymous Anónimo said...

jajajaja

jajajaja

JAJAJAJAJA

Este vez te has superado, perri... con creces además... ains... estoy llorando... ajjajajaj, que bueno, y qué cierto todo... Voy cada cierto tiempo a madrid, y la penúltima vez, tuve esa sensación en el metro, no era hora punta, fui a hacer unas entrevistas de trabajo, y quería estar presentable. Recuerdo que cuando salí del metro fui acordadome del árbol genealógico de algunos personajes del vagón... pero eso es inevitable... lo del cabrales con pus... uy, te he cambiado la combinación, pero el orden de factores no altera el "producto final".

Por otra parte, imagínate LA SUERTE de vivir con alguien así, ki icir, en vez de los minutos que pasas con "esos" en el vagón, compartir tus cosas con ellos... YO HE VIVIDO ESA EXPERIENCIA, y no se la deseo ni a mi peor enemigo.

En mis años jóvenes de perri-estudiante (uyyyy... que me voy a enrollar un web, lo diré a grandes rasgos) vivía en una residencia. Me tocó en suerte una niña de "El Egido" (mundialmente conocido por la xenofobia de la que hicieron gala algunos de sus habitantes).

Dicha jovenzuela tenía un concepto MUY PERSONAL de la higiene. En cristiano: se duchaba UNA VEZ a la semana. Los domingos antes de ir a misa. (Llegué a decirle que al "señor" lo veía 30 minutos a la semana y que conmigo vivía a diario, pero no me hizo mucho caso). Si por un casual el día del sacrificio acuático estaba menstruando, había “bonus-waiting”, porque era malísimo ducharse esos días. Es decir, podían pasar 2 semanas sin que aquel txitxi-Scotch Brite sanguinolentamente reseco viese el líquido elemento.

Otra de sus personalísimas costumbres era utilizar camisetas interiores SEMANALES. Cuando se la quitaba, el dia que MILAGROSAMENTE reunía las ganas necesarias de subir el peldaño de la ducha, podía VERSE el olor volando por la habitación. Era tan hediondamente profundo y nauseabundo que podía percibirse con el resto de los sentidos. Llegué a estar tan obsesionada con EL OLOR que echaba litros de nenuco sobre mis sábanas cada vez que hacía la cama, sobre mi ropa cada vez que abría el armario. Desde aquel año llevo siempre desodorante en la mochila, y siempre que llegaba a la facultad, lo primero que hacía era ir al baño a perfumarme y desodorizarme (parezco super-ratón). Llegó a ser obsesivo, lo reconozco.

Hay muchísimas más “anécdotas” de esta tiparraca que las “estareguares”, que vivíamos todas juntas allí, bautizamos como “Eau d’Juanamá” (léase “ó de juanamá, ella se llamaba Juana Mari, lo pongo aquí para su propio escarnio, por si alguien la reconoce y/o identifica).

El final de la historia es hilarante, doy fe, pero lo dejo para otra entrega.

11:22 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hola pequeña Perri ¿o debería decir Picachu?, ¿no me recuerdas? fui tu peor pesadilla en los meses nocturnos, el que te mandaba hacer noticias absurdas, bueno espero que te vaya bien, que no te mereces menos...

7:01 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

pequeña mir tu historia es escalofriante... es increible lo que llega a soportar el ser humano. Deberíamos hacer unos post sobre todas las leyendas urbanas que existen sobre la menstruación y que esclavizaron a nuestras abuelas e incluso madres (como la de no ducharse)...ay!

Anonymus... os hecho de menos!!!!!!!! aqui estoy bien pero no puedo gritar dentro de mi hay un picachu porque la gente es como muy conservadora-gris...ay!

10:27 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Diox, perri, ese era mi mayor temor: el transporte público, y ya caerá en mi blog, no lo dudes. Yo voy a las 8 am y menos mal que no hay demasiada gente, casi siempre consigo sentarme y no tengo que entrar en contacto físico con nadie. Eso sí, me hablan los extraños. El otro día un señor me dijo "No estarás así porque te estoy mirando?". Y yo, en momentos como ese, no hago más que pensar "quiero un mundo para mí".

5:59 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ded yo quiero una cueva con adsl... podeis regalarmela por mi cumple?

6:34 p. m.  
Blogger Deckardd said...

qué angustia de post!

5:39 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Perri, no he podido resistirme a escribir esto...

Aunque sea muy humillante esta mañana un hombre de unos 60 años estaba a mi lado en el vagón de metro y notaba que se acercaba mucho a mí. Seguí notando que me tocaba con algo, y claro, inocente de mí, no me daba cuenta.... Hasta que claro, ya mi mente es más rápida que mi inocencia, y bajo la mirada, viendo la Torre Picasso en toda su extensión entre sus asquerosos pantalones...... Me entró una arcada y otra y otra, y me apeteció escupirle... Pero la estupefacción fue tanta que sólo pude apartarme a la otra esquina y mirarle con cara de asesina mosqueada.....

ODIO EL TRANSPORTE PÚBLICO.

9:58 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

¿Os dais cuenta de lo que tenemos que pasar a diario por el hecho de ser mujeres?

Deberíamos armarnos con alfileres como nuestras abuelas y nuestras madres, y según te ves en el brete de las barrigas, repartir a cada cual lo suyo.

9:59 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Y el caso es que Aguirre no va en metro.... ¿Por qué será? :P ¿Os la imagináis aguantando el cabrales macerado en pis o la Torre Picaso? Porque de esas hemos tenido que pasar la inmensa mayoría, si no todas.

UN besote, Perri de mis amores. Muy buena descripción.

2:40 p. m.  

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