viernes, abril 08, 2005

Sin vocación de esposa

Esto va de que una monja me ha dicho que no tengo vocación de casada. Hoy he ido a visitar a la ex directora de mi colegio mayor, la hermana M, una monja de libro, como las que dirigían los internados de Candy Candy y Esther. La hermana M nos reñía porque nuestras faldas eran muy cortas, apagaba las luces a las doce de la noche y apatrullaba (gracias Fari) los pasillos por si a alguien se le ocurría colarse en la habitación de una amiga (reunión que desmontaba inmediatamente), controlaba lo que comíamos (aún recuerdo con escalofrios el emperador que ponían para cenar) y repasaba las notas con cada colegiala al final de cada año. No se porque siguo yendo a ver a la hermana M, porque cada vez que voy me machaca la autoestima en plan llagar de sidra (yo, por supuesto, soy una pequeña manzanita). La hermana M se conserva en formol. Está exactamente igual que cuando prohibió a un entonces novio mio acudir a la fiesta de fin de curso porque tenía el pelo verde (que tiempos). Ella lo tiene como drácula (el de Coppola) y metía casi tanto miedo como él cuando se levantaba a media noche para ir al baño con su camisón blanco y su larga melena cana hasta los hombros.

La hermana M siempre me dice lo mismo: que soy una personas muy seria, poco cariñosa y nada expresiva. También me pregunta por mi vida sentimental. Entonces se coloca las gafas con un movimiento delicado e inquietante, sacude la cabeza, suspira y dice: "Carmen yo se que algunas de vosotras pensáis que sí, pero en realidad no tenéis vocación de casadas (lo que traducido del lenguaje monjil al humano significa: "No te aguanta ni dios y te vas a quedar para vestir santes)". Y es que a mi me da igual casarme o no, y ya sabéis que no deseo satánicos (lease descendencia), pero cada vez que esa señora me dice lo de la puñetera vocación de casada me invade un sentimiento de inferioridad y una inseguridad que me duran por lo menos un día. ¿Qué poder extraño ejerce la hermana M sobre mi? ¿Cómo es posible que una palabra suya baste para hacer que me sienta vieja y arrugada? ¿Acabaré inventándome un novio y convenciendo a algún amigo para que se haga pasar por mi pareja una o dos veces al año?¿Me estaré volviendo loca?¿Llevará mañana Camila un traje color dorado-beige?

4 Comments:

Blogger Patricia said...

Me decanto por un elegante traje de chaqueta rosa fucsia con zapatos verde pistacho y bolsito de mano amarillo limón.

12:56 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

El problema de ser esposa es que siempre hay un marido de por medio.

Un marido como dios manda tiene mucho que ver con:

- Váter sucio.
- Ropa sucia en el suelo.
- Puesta de lavadora mal adrede para no volver a ponerla.
- Excusas vagas rozando la subnormalidad vocacional para escaquearse de lo que sea.
- Llegar a casa a las diez pretextando el mucho curro para librarse de la hora de los baños de los ninios.
- Chándal.
- Motociclismo/Fórmula 1
- Vermut.
- Tele a toda tralla.

¿Quién coño en su sano juicio quiere ser esposa?

12:57 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

La verdad es que visto así,,, mejor es, como los padres de un amigo mío, que uno viva en el A y otro en el B... y luego se dicen eso tan horroroso y al mismo tiempo enternecedor de ¿en tu casa o en la mía?

8:00 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Jajajajajaja...
Pensaba ir a ver a la monja M un día de estos, pero me están entrando escalofríos sólo de pensarlo, seguro que a mi me dice algo parecido y es que no pertenecemos al grupo de las andalucies....
Pero recuerda que para ella nuestro título universitario valía para enmarcarlo y ponerlo en la salita de estar y poco más y así dedicarnos de lleno a cuidar de nuestros mariditos...

3:15 p. m.  

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