Freedom for the carboneros

A mi me pasan cosas raras, raras, raras como diría el difunto papuchi, pero esta….

Tengo una minifalda…

…para el resto de los seres humanos sería un cinturón… pero como soy miniperri a mi me queda a modo de minifalda… (todo mini)
… mi minifalda es blanca de tablas y está estampada con dibujos de pajaritos verdes …
… un día, un meo-de-pie gafa-pasta intentó impresionarme identificando los ‘pajaritos’ como ‘pájaros carboneros’…. No me impresionó en absoluto (“tu no has tenido adolescencia… la has pasado entera leyendo libros de pájaros en vez del interviú… luego… eres aún más pervertido de lo normal… luego… aleja de mi tu caliz”)… pero desde entonces es la falda de los carboneros…
… no sacar a los carboneros mucho de paseo porque limitan bastante mi movilidad y no puedo corretear alegremente por el parque con ellos… los pobres solo salen de su jaula-armario cuando me levanto napoleónica como hoy (después de revelaros mi lado oscuro…. Sí, sí soy mala malísima como el malo malísimo del inspecto gadchet al que solo se le veía la mano metálica mientras acariciaba a ese gato que yo estoy segura que era el verdadero cerebro de todo)….

… el caso es que hoy volvía de comer. Estaba en un paso de cebra esperando para cruzar… sumida en mi pequeño mundo… pensando en picatostes blanditos, esponjosos, chorreantes, llenos de azúcar… (sí, venía de comer… pero tengo una mente calenturienta… y además es la época)… cuando alguien me susurró al oido:

-“Déjalos en libertad”

Miré hacia mi derecha y vi a un vagabundo que tiene el chiringuito montado en unos cines que hay cerca de mi trabajo… su cara estaba muy cerca y su olor a don simón aún más… el señor me miró un momento, señaló a mi falda y volvió con su carrito....