martes, febrero 01, 2005

Provinciana

Un gilipollas se refiere en un post que ha dejado en lafragua (en mis dogchow) como "medio indie provinciana", y a mi me sube el odio así como por las venas. "medio indie"... el cabrón es cruel y despreciable... porque no hay nada peor que ser "medio algo". O se es o no se es. Y yo prefiero que digan de mi (de criticar que critiquen bien oyes) que soy una indie asqueroa y patética.., aunque la verdad es que no lo soy. Porque indies auténticos yo conozco a cuatro y los tienen en la parte de atrás de popland (con las vajillas psicodélicas y los perros que mueven la cabeza en la parte de atrás del coche). "Provinciana"... "hijo de puta", le dijo yo. Ya se que podría escribir cosas divertidas e ingeniosas sobre ese aire de superioridad que se dan los macarras de los madrileños (no los hay en todo la península e islas -y ciudades autónomas, que no se me enfade nadie, que con este ya tengo bastante- con menos elegancia que los de la capital -ahora solo me odiaran todos los madrileños), pero yo es que soy más sintética que analítica. Podría escribir algo así porque soy una periodista aceptable, de las que resuelve los marrones con dignidad, no como el valiente posteador. Porque yo se quien es el valiente posteador... y para los que se hayan tomado la molestia de leer sus agradables comentarios emponzoñados de envidia (hay dos) un dato extra que permite comprender su amargor crónico: su defensa de los muffins de arándano es fruto de mucha cata. Como se quien es, también he de aclarar que lo de provinciana no es porque yo sea de Gijón... (porque el no es madrileño) sino debe considerar que mi comportamiento es aldeano... En fin, yo seré aldeana pero soy lo suficiente frívola para no avergonzarme por ello y sentirme como la mujer de Donald Trump que eligió lo más ostentoso y obsceno ( y carente de todo gusto para su boda): yo digo lo que ella dice... sí, no soy cool, no soy elegante, no tengo clase, pero sobre todo no soy vulgar (esto es un giño para el enchufado de la chapa en americana de pana) ni aburrida. Un beso poster anónimo... y una confesión: yo fui camarera del Café Nero en Londres (la competencia del Starbucks) y he tomado tantos frapuccinos que tengo el paladar escayolado: patético, provinciano y muy divertido.