El día del infierno
Sí. Hoy es un día en el que siento que Madrid es una ciudad hostil que merece ser aniquilada.
El día empezó empastándome tres muelas tres... después de permanecer durante una hora con la boca abierta me fui con la mandíbula y el bolsillo doloridos (porqué no me habré hecho yo dientóloga dios mío! porqué!)
Me fui corriendo a casa con el labio tonto porque, por segundo verano consecutivo, el aire acondicionado de todo a 100 que me ha comprado mi casero se ha vuelto a estropear... como todo en españa todo fue muy serio, eficaz y rápido. Primero llamé a mi casero que me mandó llamar a carrefour, donde me mandaron llamar a una central donde me remitieron a los 'técnicos' donde cogieron mi recado y me digeron ese temible 'ya te llamaremos'
Como no me llamaban, llamé yo y quedamos para hoy a las 12 de la mañana. Sí, a las 12 de la mañana... una hora muy normal para la gente que trabaja pero el argumento "si quieres que te lo mire esta semana tiene que ser mañana a las 12 o nada" me disuadió para pedirle la mañana a mi jefe (porque ya sabeis que yo en verano muero, que el calor me convierte en piltrafilla y que soy yonki del air conditioned)...
A las doce, por supuesto, el señor técnico no estaba en mi casa. Así que llamé. Os ahorraré la excusa, mi respuesta hidra-madre, su contrarrespuesta y la escena en la que me convierto en charmander y me sale fuego por la boca en vez de por la cola. El resultado: viene a las ocho (bueno, eso dice... mañana os cuento... tal vez desde la cárcel)
Como llegaba tarde y estaba enfadada me cogí un taxi para ir a trabajar. Por supuest, en ese momento, no pasaba ninguno y de repente pensé que yo sería la típica que tendría que parir en un portal porque no encontraría ningún taxi para ir al hospital... al final llegó uno y prácticamente me tiré bajo sus ruedas para pararlo. Ya me dio mal rollo cuando vi al conductor, un señor abuelo que debería estar ya jubilado. El señor provecto decidió que lo más inteligente era cruzar la calle más peor de madrid, José Atascal... también decidió qué para qué encender el aire acondicionado cuando se puede respirar el humo de mil tubos de escape en un atasco sin fin.
-Le importaría que cerrásemos las ventanas y encender el aire (dije ilusa)
-Es que no tengo, chata
Así que allí estaba yo, con la camiseta pegada a la espalda y los muslos al asiento de plasticazo, dolor de muelas, cabreo supremo, stress máximo...
En el trayecto, el señor senil dió tres frenazos tres que casi terminaron con la perri estrapallada contra el parabrisas con sus tres dientes tres recién empastados en la mano... Así que decidí abrocharme el cinturón de seguridad para proteger mi vida y mis empastes...
-¡Para qué te pones el cinto, chata? ¿es que tienes miedo? ¿no te das cuenta de que así llamas a la mala suerte?
Definitivamente, hoy Madrid es un sitio infecto.
El día empezó empastándome tres muelas tres... después de permanecer durante una hora con la boca abierta me fui con la mandíbula y el bolsillo doloridos (porqué no me habré hecho yo dientóloga dios mío! porqué!)
Me fui corriendo a casa con el labio tonto porque, por segundo verano consecutivo, el aire acondicionado de todo a 100 que me ha comprado mi casero se ha vuelto a estropear... como todo en españa todo fue muy serio, eficaz y rápido. Primero llamé a mi casero que me mandó llamar a carrefour, donde me mandaron llamar a una central donde me remitieron a los 'técnicos' donde cogieron mi recado y me digeron ese temible 'ya te llamaremos'
Como no me llamaban, llamé yo y quedamos para hoy a las 12 de la mañana. Sí, a las 12 de la mañana... una hora muy normal para la gente que trabaja pero el argumento "si quieres que te lo mire esta semana tiene que ser mañana a las 12 o nada" me disuadió para pedirle la mañana a mi jefe (porque ya sabeis que yo en verano muero, que el calor me convierte en piltrafilla y que soy yonki del air conditioned)...
A las doce, por supuesto, el señor técnico no estaba en mi casa. Así que llamé. Os ahorraré la excusa, mi respuesta hidra-madre, su contrarrespuesta y la escena en la que me convierto en charmander y me sale fuego por la boca en vez de por la cola. El resultado: viene a las ocho (bueno, eso dice... mañana os cuento... tal vez desde la cárcel)
Como llegaba tarde y estaba enfadada me cogí un taxi para ir a trabajar. Por supuest, en ese momento, no pasaba ninguno y de repente pensé que yo sería la típica que tendría que parir en un portal porque no encontraría ningún taxi para ir al hospital... al final llegó uno y prácticamente me tiré bajo sus ruedas para pararlo. Ya me dio mal rollo cuando vi al conductor, un señor abuelo que debería estar ya jubilado. El señor provecto decidió que lo más inteligente era cruzar la calle más peor de madrid, José Atascal... también decidió qué para qué encender el aire acondicionado cuando se puede respirar el humo de mil tubos de escape en un atasco sin fin.
-Le importaría que cerrásemos las ventanas y encender el aire (dije ilusa)
-Es que no tengo, chata
Así que allí estaba yo, con la camiseta pegada a la espalda y los muslos al asiento de plasticazo, dolor de muelas, cabreo supremo, stress máximo...
En el trayecto, el señor senil dió tres frenazos tres que casi terminaron con la perri estrapallada contra el parabrisas con sus tres dientes tres recién empastados en la mano... Así que decidí abrocharme el cinturón de seguridad para proteger mi vida y mis empastes...
-¡Para qué te pones el cinto, chata? ¿es que tienes miedo? ¿no te das cuenta de que así llamas a la mala suerte?
Definitivamente, hoy Madrid es un sitio infecto.